Los avances de la tecnología 3D están dejando a un lado las fotos y planos en dos dimensiones gracias a su similitud con la realidad
Con unas gafas adaptadas el cliente puede recibir asesoramiento sobre una vivienda desde su casa o desde la propia inmobiliaria
Los avances tecnológicos caminan de la mano de la vivienda y la realidad virtual inmersiva no es una excepción. En este caso, la innovación no sólo brinda al cliente la posibilidad de visualizar con todo lujo de detalles un inmueble que está dispuesto a adquirir, sino que es capaz de ofrecer una vista de 360 grados de viviendas sobre plano aún inexistentes, por lo que las ventajas alcanzan múltiples facetas del sector inmobiliario.
Al menos así lo entiende Martin Supancic, socio de VR-Immersive, una start-up que lleva desarrollando aplicaciones desde hace dos años orientadas a diversas líneas de negocio, desde la creación de contenido en formato de realidad virtual, visualizaciones de 360 grados o paseos virtuales e investigación y desarrollo de diferentes aplicaciones para sectores como el de la rehabilitación.
Los impulsores de la idea defienden que la vista global de un inmueble a través de la realidad virtual ofrece al cliente la sensación de estar allí. “VR despierta sensaciones y emociones que son importantes en los procesos de venta”, explica Supancic. Y es que la posibilidad de pasear virtualmente por la casa, gracias a la tecnología 3D, le gana la partida a las fotos, imágenes gráficas y planos que protagonizan las compraventas realizadas a través del procedimiento tradicional. “Es más difícil engañar al cliente o crearle falsas expectativas con las fotos de la casa”, defiende Supancic.
A la hora de adquirir viviendas cuya construcción no ha comenzado, resulta complicado imaginarse los planos, donde sólo existen imágenes en dos dimensiones o, como mucho, vídeos ilustrativos. Sin embargo, la tecnología 3D permite pasear virtualmente por la futura vivienda y conocer los detalles de la misma. “Es posible apreciar tamaños relativos, cambiar texturas, colores y materiales y, si la vivienda dispone de atractivos -como una vista sobre la ciudad, el mar o la montaña- resulta factible recrearlo con una animación en 3D con fotos reales”, detalla Supancic. “Todo ello”, prosigue, “suscita emociones que facilitan la toma de decisión del cliente”.
La tecnología empleada para las situaciones de compraventa de viviendas permite dos opciones de inmersión: desde una oficina inmobiliaria o desde casa. En el primer caso, se le facilita al cliente unas gafas de realidad virtual y éste descubre la vivienda -con imágenes hiperreales, en alta definición y a 360 grados-, mientras el agente inmobiliario le guía a través de la propiedad mostrándole las características de la misma.
Por otra parte, si el comprador decide establecer la comunicación desde su hogar, utiliza las mismas gafas y un asesor comercial le asiste de forma remota, con la ventaja de que los ambientes pueden ser generados por un ordenador en su totalidad, en caso de propiedades sobre plano.
De esta forma, las ventajas de la realidad virtual aplicadas al sector inmobiliario anticipan un escenario de transformación, sobre todo en la compraventa de viviendas. “Revolucionaremos el sector al mejorar el servicio al cliente y personalizar aún más el producto”, defiende Supancic, quien predice una optimización de los recursos humanos y una reducción de los costes de desplazamiento. “Se aumentará la productividad y se reducirán los riesgos financieros y operativos”, concluye.
Prueba de la importancia de este avance tecnológico es su progresiva aplicación, además de en el sector inmobiliario, en diferentes áreas como el turismo o la educación, donde la personalización de las aplicaciones se adecua a las necesidades específicas y logra alcanzar a prácticamente cualquier demanda.
Fuente El Mundo.