Ya sea para realizar un reportaje de fotografía o vídeo, una visita virtual 360º o para mostrarlo a un potencial comprador o arrendatario in situ, sólo tendremos una oportunidad de causar una buena primera impresión, de modo que debemos de aprovecharla o pasará de largo.

Ofrecer la perspectiva adecuada

A partir de aquí, vamos a cambiar la forma de mirar nuestro hogar o nuestro negocio, y tener en consideración el punto de vista del nuevo propietario al que nos queremos dirigir. Para ayudarlo a examinar al detalle nuestra oferta, y que además le guste, habrá que sacrificar parte de nuestra propia comodidad y preferencias, en favor de 6 factores fundamentales:

1. Orden

Es, con diferencia, el factor más relevante. Todo ordenado no genera distorsiones ni distracciones sobre lo que deseamos mostrar: el inmueble y su potencial. Si, por ejemplo, ha llegado al momento de la visita y hay colada pendiente, antes de hacerla a última hora y que un tendedero abierto haga su desafortunada aparición estelar, convendrá que dejemos la ropa dentro del cesto, con la tapa bien cerrada y se mantenga la galería ventilada y/o bien aromatizada. Hablamos de orden percibido, que no tiene por qué tener directa relación con la lista de tareas domésticas, que puede que haya que cambiar en favor del objetivo que nos ocupa. La incorporación de cajas apilables para guardar elementos de zonas de almacenaje, como trasteros y garajes, harán también más atractivos a estos espacios. Si es que los niños nos lo ponen muy complicado, aquí van unos consejos vía www.pequefelicidad.com

2. Limpieza

Conviene que antes de la visita, se haga un repaso general de las zonas de tránsito, y que, a ser posible, hayamos realizado recientemente una limpieza en profundidad que incluya:

  • En toda la casa: cristales de ventanas y sus guías, rincones, rodapiés y lugares de difícil acceso
  • En la cocina: hornillos, horno, campana extractora y sus filtros, e interior de armarios y despensa
  • En los baños: espejos, mamparas, azulejos y sanitarios
  • Exteriores: pisicinas, terrazas y jardines en perfecto estado, aunque estemos fuera de temporada.

3. Espacio

Queremos mostrar los metros cuadrados que estamos ofreciendo y las posibilidades que representan, con la menor cantidad posible de elementos que lo dificulten. Si tenemos algún mueble infrautilizado, es el momento de deshacernos de él, o bien cambiarlo de sitio. Si una estancia se encuentra recargada de mobiliario y por contra, otra está casi vacía, podemos equilibrar ambas. Juguetes, bancos de abdominales, bicicletas estáticas, embalajes de productos recientemente adquiridos, abrigos, etc. se deben recoger y/o almacenar durante el tiempo que dure la exposición.

4. Luz

Merece la pena estar atentos con anterioridad a la cita, a la hora del día en que el inmueble disfruta de mejor iluminación natural, según su orientación, y tomar buena nota de esa franja de tiempo para explotarla a nuestro favor. En conjunto con ella, podemos repasar que todas las lámparas de que disponemos se encuentren estratégicamente distribuidas hasta rellenar de luz todos los espacios, incorporando alguna en caso de resultar necesario. Una mano de pintura de tonos claros, potenciará más aún los resultados logrados con esta combinación, además de que neutralizará olores y todo ofrecerá un aspecto más fresco, de un modo sencillo.

5. Mantenimiento

Todo importa en este punto. Ese interruptor que decimos que no está roto, “es que tiene truco”,  puede ser suficiente para cambiar el ánimo de nuestro invitado de “qué bien está todo” a “aquí hay cosas que no van”. Parece exagerado, pero no lo es. El resultado de una visita es la suma de las sensaciones que el observador acumula, pero es una adición que sufre de cambiossegún el momento en que se incorporan los factores. Algo que, dentro de un recorrido en donde todo fluye, no es especialmente del gusto de nuestro invitado pero no le importa porque todo está muy bien en general, puede convertirse en algo fundamental por lo que descartará nuestra oferta de entre sus opciones si le vamos poniendo palos en las ruedas. Si, por ejemplo la vivienda bien mantenida tiene un dormitorio de 10 metros cuadrados en donde a nuestro cliente no le entra su mobiliario de despacho, pero el resto está perfecto, es probable que pase de ver casas, al catálogo de Ikea para cambiar de mesa o de archivador. Si a esa habitación se ha llegado después de un par de puertas arañadas, otro par de “interruptores con truco”, un grifo suelto y un armario desencolado, puede que su predisposición sea distinta: de hecho, muy probablemente lo sea, y lo será por negligencia nuestra: “Encima de que está todo de aquella manera, en la habitación esta no me cabe el despacho”. Oportunidad perdida. Todo lo que pueda mantenerse en buen estado debe mantenerse en buen estado, no importa cuántas horas de tutoriales de Youtube y Leroy Merlín cueste, si deseamos cerrar nuestra transacción en buenos tiempo y precio.

6. Neutralidad

Tal vez sea la parte más complicada de conseguir, sobre todo cuando se trata de un hogar habitado, pero hay que tratar de hacer fácil al potencial comprador o arrendatario sentirse como en casa durante la visita o el examen de su anuncio. El objetivo aquí, es hacer que el inmueble se parezca lo más posible a un apartamento turístico o habitación de hotel modernos y cuidados, en el caso de las viviendas, o que se encuentre como el día de su inauguración, cinco minutos antes de abrir al público, en el de los negocios. Paredes y mobiliario de colores claros, líneas sencillas, y un buen estado de conservación general, ayudarán mucho a lograr el objetivo. Fotografías personales, colecciones de figurillas, tapetes, facturas y documentos personales, entre otros, mejor que los dejemos fuera de la vista de nuestros invitados durante el tiempo de la exposición.

Publicado originalmente por: Equipo de redacción de Murcia Residencial Inmobiliaria.